sábado, 27 de noviembre de 2010

Tranquilo... no tengas miedo...Sólo haré que te consumas lentamente...





Diario: Cinco de Noviembre de la Segunda Era.

Ha sido un día muy duro. He tenido que poner en venta mi hogar: una acogedora cabaña situada en una de las principales calles de Ventormenta debido a que la magia, y esto cada día lo tengo más claro, no da de comer.

Debido a esta mala racha económica, me he visto obligada a marcharme a vivir con una antigua profesora,vieja nigromante y una de las mujeres más sabias en la ciencia de la alquimia y la herboristeria, creo que si aprendo lo suficiente de estas dos profesiones, y llego al menos al rango de artesana, podré ganarme la vida vendiendo pociones y plantas y quien sabe, quizá me admitan en los cerrados círculos de alquimistas y herbolistas. Si no,  he pensado que también podría montar mi propio negocio: Hierbas y Pociones: Lo mejor de las flores. No. Sonaba demasiado cursi. Además aún era pronto para ensoñaciones.

En fin, la vieja profesora Roderasha, se sorprenderá de mi visita, de eso no tengo la menor duda, aunque debido a nuestra amistad estoy segura que estará encantada de enseñarme el refinamiento y los secretos de la alquimia. Aún la recuerdo cuando me daba clases en La Academia, erudita Warlock versada en las artes más oscuras, fue despedida de la Academia de brujos y también la desterraron de Ventormenta debido a su incursión en la nigromancia, llevando más allá la práctica de cualquier warlock, algo que ninguno de nosotros había hecho nunca: resucitar a los muertos. Ahora reside en un viejo caseron en las ímpias Tierras Fantasma, hacía allí me dirijo.  No sé cuando podré volver a escribir.


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