sábado, 27 de noviembre de 2010

Sombras del pasado


Sentada bajo los lúgubres árboles de las Tierras Fantasma y rodeada de la podredumbre del lugar se encontraba Roderasha.
Takhisis bajó de la montura de su flamante Hipogrifo blanco volador y el olor a muerte no tardó en impregnar su alma.

La joven warlock aprendió muchas cosas sobre el arte de las hierbas, estudió los nombres de todos los tipos de plantas,filtró sus esencias y cuando Roderasha creyó conveniente empezó a enseñarle la secreta ciencia de la alquimia. Frascos, viales imbuidos, de cristal y otros materiales que se antojaron necesarios pasaron a ser parte del día a día cotidiano de la muchacha de melena roja.


Y así fueron pasando los años, sucediéndose el tiempo con el lento discurrir de su mortífero paseo.
Tres largos años fueron los que la joven Takhisis permaneció con la nigromante, de quien aprendió todo lo que cualquiera hubiese deseado saber de alquimia, hierbas, pociones, magia y muerte. Sí, muerte, porque al final de sus días, Roderasha viendo que se acercaba su propia muerte de la cual ni ella podría salvarse, dedicó su último aliento a escribir un volumen mágico en el cual estaba escrito todo lo que sabía acerca de la nigromancia. Muchos habrían dado su vida por aquel libro.


Sin embargo, no todo fue positivo en el transcurso de aquellos tres oscuros, años perdidos en la mansión al norte de las tierras fantasma, ya que, allí fue donde Takhisis supo quien había sido en su vida anterior.

Tranquilo... no tengas miedo...Sólo haré que te consumas lentamente...





Diario: Cinco de Noviembre de la Segunda Era.

Ha sido un día muy duro. He tenido que poner en venta mi hogar: una acogedora cabaña situada en una de las principales calles de Ventormenta debido a que la magia, y esto cada día lo tengo más claro, no da de comer.

Debido a esta mala racha económica, me he visto obligada a marcharme a vivir con una antigua profesora,vieja nigromante y una de las mujeres más sabias en la ciencia de la alquimia y la herboristeria, creo que si aprendo lo suficiente de estas dos profesiones, y llego al menos al rango de artesana, podré ganarme la vida vendiendo pociones y plantas y quien sabe, quizá me admitan en los cerrados círculos de alquimistas y herbolistas. Si no,  he pensado que también podría montar mi propio negocio: Hierbas y Pociones: Lo mejor de las flores. No. Sonaba demasiado cursi. Además aún era pronto para ensoñaciones.

En fin, la vieja profesora Roderasha, se sorprenderá de mi visita, de eso no tengo la menor duda, aunque debido a nuestra amistad estoy segura que estará encantada de enseñarme el refinamiento y los secretos de la alquimia. Aún la recuerdo cuando me daba clases en La Academia, erudita Warlock versada en las artes más oscuras, fue despedida de la Academia de brujos y también la desterraron de Ventormenta debido a su incursión en la nigromancia, llevando más allá la práctica de cualquier warlock, algo que ninguno de nosotros había hecho nunca: resucitar a los muertos. Ahora reside en un viejo caseron en las ímpias Tierras Fantasma, hacía allí me dirijo.  No sé cuando podré volver a escribir.